Bienvenidxs a un nuevo consejo de escritura, ya que hacía tiempo que no subía nada relacionado con esto.
Una vez que tenemos los personajes y la trama pensada, es conveniente escoger el tipo de narrador que vamos a usar. A través del narrador iremos conociendo a los distintos personajes, escenarios, emociones, acciones... es decir, el universo creado en la novela.
El narrador es el encargado de que el lector se enganche a la historia y la haga real. Con él iremos conociendo a los personajes y nos podrá mostrar ciertas acciones (u ocultarlas). Es una decisión muy importante pues es uno de los puntos fuertes de una novela.
Hay distintos tipos de narradores y es conveniente conocer a todos ellos:
1. El narrador protagonista. Es fácil de identificar pues está escrito en primera persona. El personaje protagonista cuenta su historia y nos muestra sus emociones, acciones, pensamientos, etc.
Punto fuerte: Aporta credibilidad a la historia y hace que el lector empatice más fácilmente con el protagonista.
Punto débil: Su punto de vista es limitado y subjetivo. No podemos conocer los pensamientos y motivaciones del resto de personajes a no ser que el protagonista sea capaz de leerles la mente.
2. Narrador en segunda persona: Como el título dice, está escrito en segunda persona. Es decir, el escritor se dirige al lector, es el que lleva la historia.
Punto fuerte: Convierte al lector en protagonista.
Punto débil: Es difícil de llevar y puede confundir al lector. Apenas se usa.
3. Narrador testigo: El que cuenta la historia es un personaje que estaba de espectador y puede narrarla en primera o tercera persona. Es decir; tú vas al supermercado y ves como un ladrón está robando a una chica y sale corriendo, TÚ contarías esa historia, no la chica o el ladrón.
Punto fuerte: Ganas empatía y verosimilitud, además de librarte de los juicios de valor que tiene el narrador protagonista.
Punto débil: Perdemos mucho sentimiento y puede quedar reducido a un informe. Hay que tener cuidado con saber llevarlo bien sin que rompa la coherencia con el lector.
4. Narrador equisciente: Es el narrador típico de las novelas detectivescas. Sigue los pensamientos y motivaciones de un único personaje, revelando lo que sucede en la historia de forma objetiva.
Punto fuerte: Es perfecto para introducir elementos sorpresa y permite al lector empatizar.
Punto débil: Perdemos la globalidad del narrador omnisciente y estamos limitados a su único punto de vista, no podemos saber lo que piensan el resto de personajes.
5. Narrador omnisciente: Es lo que catalogamos como Dios. Ese narrador que todo lo sabe, todo lo ve, todo lo escucha. Puede anticiparse a los acontecimientos, nos revela lo que sienten los personajes, nos va mostrando toda la trama y está escrito en tercera persona.
Punto fuerte: El lector sabe acerca de todos los personajes, tiene mayor información.
Punto débil: Hay que saber dosificar la información, no cometer errores y no excluir datos para saber mantener el interés y el misterio.
6. Coral: Aunque esto encaja más en los personajes, he decidido ponerlo en este apartado. Es cuando dentro de una novela narran distintos personajes a la vez. Esto sucede cuando hay varios personajes con el mismo peso dentro de la historia.
Punto fuerte: Aportas distintos puntos de vista y una mayor subjetividad que el narrador omnisciente, pues el otro es más objetivo. Sin embargo aquí cada personaje muestra sus pensamientos, emociones y acciones.
Punto débil: Hay que saber manejar a cada uno buscando el equilibrio y cada narrador debe ser fundamental para la historia. El lector debe entender cada punto de vista sin perderse o confundirse.
Como podéis ver, cada narrador es diferente y ofrece una serie de pros y contras a la hora de usarlo. Tener en cuenta el género de la historia y la fuerza que ejerce cada personaje y de ahí decidir cuál os resulta más cómodo y encaja más con la historia.
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